Marie Curie, destacada científica, la primera y única mujer en ganar un Premio Nobel en dos campos diferentes (física y química), falleció a causa de sus mismos descubrimientos.
La científica polaca, nacionalizada francesa, desarrolló la teoría de la radiactividad (un término que ella misma acuñó), ocho técnicas para el aislamiento de isótopos radiactivos y el descubrimiento de dos elementos —el polonio y el radio—. debido a una «anemia aplásica» provocada por manipular material radiactivo sin el equipo recomendado y por guardar tubos de ensayo con radio en los bolsillos. Sus posesiones terminaron gravemente contaminadas.
Más de 80 años después de su muerte, cuadernos que pertenecieron a la nobel de la física y la química continúan siendo sumamente radioactivos y peligrosos.
La principal contaminación proviene del radio-226 (Ra 226), un material que con el cual Marie Curie trabajo por largo tiempo, sin los cuidados ni precauciones que actualmente se exigen. Son entonces las trazas de Ra-226 en el cuerpo de Curie las que emiten radiactividad.
Estas trazas de radio también se encontraron en sus cuadernos y vestuario. Sus objetos personales como ropa, muebles, libros, mantienen los rastros de esa contaminación.
Lo mismo ocurre con sus notas de laboratorio. La radioactividad estará por siglos en los cuadernos de Marie Curie. Las piezas que son consideradas como tesoros nacionales y científicos, se guardan en cajas forradas de plomo en la Biblioteca Nacional de Francia.
En 1995 cuando el gobierno francés decidió otorgarle el honor de ser enterrada en el Panteón de París, tuvieron que crear un ataúd especial con paredes de plomo para evitar que la radiación que emanaba de su cuerpo no afectara a nadie que se le acercara.